Si alguien me hubiera dicho que estaría ahí, en este lugar recibiendo dinero para tener aventuras sexuales me hubiera reído, puta yo?? ja ja, jamas, seré todo lo perra que quieran pero puta jamas, ni yo lo hubiera creído. Había tenido una vida sexual diversa y activa, estaba casada e incluso engañaba a mi marido pero de ahí a ser una puta de pago jamas me hubiera imaginado.

He vivido casi toda mi vida en Cuenca, me educaron a lo cuencana, mojigata y con muchas ganas reprimidas, luego me case, he gozado como una privilegiada, pero llego la crisis a nuestras vidas y hace unos meses con mi marido decidimos buscar nuevos rumbos, …e irnos a Miami, sin nada, a encontrarnos, a demostrar que podíamos vivir solos, ganarnos la vida y triunfar.

Aterrizamos en Miami en un Abril, deseando empezar una nueva vida. Pronto descubrimos que para los gringos no eramos mas que unos hispanos que podíamos limpiar sus casas y cuidar sus jardines y nos dimos cuenta que iba a ser más difícil de lo que pensábamos.

Empecé a trabajar haciendo la limpieza en algunas casas…pero a duras penas ayudaba lo que ganaba, para mi no valía el esfuerzo que requería. Yo, que estaba acostumbrada a levantarme tarde y hacer poco…tenía que recoger la basura de otra gente.

Una mañana, en la parada del autobús, encontré una maquina de periódicos gratis, agarré uno y me puse a leerlo, llegué a una sección, en la parte trasera dónde había anuncios, allí buscaban en algunos anuncios mujeres jóvenes y bonitas dispuestas a ganar mucho dinero haciendo compañía a hombres mayores. No tenía ni idea en qué consistiría el trabajo…pero la remuneración era muy buena, me imagine que podría ser como enfermera o algo así.

Me presenté al primero de estos anuncios y aterricé de golpe cuando me explicaron exactamente en qué iba a consistir mi trabajo…lo de compañía a los hombres era un nombre bonito para llamarte una puta o prostituta o escort o como quieran llamarlo. YO prostituta. ¡Nunca! me fui indignada.

Fueron pasando los días y las semanas y yo iba a peor cada vez, teníamos menos dinero, gastábamos más de lo que ganábamos, la tarjeta de crédito ya no aguantaba mas, tuvimos que trasladarnos a un motel de mala muerte, y ni para eso teníamos a veces, así que nos dieron una semana para que fuéramos buscando otro lugar dónde vivir si es que no pagábamos en efectivo.

Pasé muchas horas pensando…y finalmente decidí que las únicas alternativas eran robar…o volver a mirar en el periódico algún anuncio de aquellos de mujeres para hacer compañías a hombres mayores… aquello que yo dije que nunca haría. Me llamó la atención uno en la Meridian Ave, en Miami Beach, en la que prometían unos ingresos medios de 3000 semanales... pero no me acabe de convencer y desistí de la idea.

Paso unos días y el destino me jugo otra vez una mala pasada..., encontré trabajo, ustedes ya saben que mi marido no es celoso y con las necesidades económicas que teníamos no le importo que trabaje de camarera en un bar en la Lincoln Road en Miami Beach, hubiera aplicado a Hooters pero ahí piden unos senos gigantes y los mios no dan la talla para nada ji ji ji.

La paga en el bar no era muy buena pero no me quejaba porque se ganaba muy buenas propinas… La ropa era un poco complicada, un short diminuto, y un top muy escotado sin brasiere que dejaba ver mis pezones pero como dije las propinas valían la pena,

Resulta que para los clientes importantes teníamos un reservado donde se les daba una atención personalizada y especial.

Llego un día un cliente que aunque hablaba español me di cuenta que no era latino, era mas bien de tipo americano, se presento con el dueño y el lo ubico en el reservado, supuse que era alguien muy importante por como el dueño se desvivía por atenderle. Esta sala reservada es algo íntima donde los clientes pueden descansar y traer a sus amiguitas o de lo contrario algunas chicas se animan a acompañarlos, lo que no iba (aun) conmigo.

El dueño me asigno atenderle, eso implicaba una muy buena propina así que fui encantada de hacerlo y luciendo mi mejor sonrisa. Resulta que al atenderlo me di cuenta que era uno de esos tipos muy morbosos, solo miraba mis pezones que con el aire acondicionado se me pronunciaban groseramente, más de una vez tocó mis nalgas haciéndose el descuidado, yo me sentía muy incómoda y cada vez más molesta por sus ojos que me desnudaban y creanme, rogaba que se vaya, pero ya!, después de un par de horas decidió irse al fin, al alcanzarle la cuenta sacó de su billetera varios billetes, tomo un billete de 50 dólares y me dice esto es para ti , veo que tu esposo no te mantiene como debe (seguramente se dio cuenta que estaba casada por el anillo, que nunca me lo saco) y te hace trabajar, pero eso podría cambiar si tú quieres y me coloca los 50 dólares entre los senos y su mano se quedó un momento rozando mis pechos, mis pezones se pusieron muy duros, tanto que se notaban a reventar sobre mi top.

Me levanté muy nerviosa y mis pezones eran bastante notorios, estaba agitada, excitada, no se, las dos cosas. El lo notó y sacó otro billete de 50 y me dijo, te doy otro pero prometerme que me visitaras en mi oficina, tengo un trabajo que te puede interesar. Entusiasmada pregunté donde quedaba y acordamos que iría a visitarle a la tarde siguiente.

Eran cerca de las 18H00, cuando llegue a dicha entrevista. El tipo era un hombre alto, de 1.80 o algo más, contextura gruesa, de piel demasiado blanca, unos ojos claros inexpresivos, con una mirada que incomodaba, se le notaba burlón y alegre pero no era alguien simpático, tendría unos 40 años de edad.

La oficina era algo formal como todas, cuando llegue me atendió su secretaria y me hizo pasar sin mayor presentación, cuando entre no supe que hacer , me quede ahí parada y me sentí observada, baboseada, solo salude, me pidió que me siente, el tipo estaba sentado detrás del escritorio, se levanto y se puso en mi delante, sentándose sobre su escritorio, sentí una sensación extraña que no puedo describir, como estaba sentada mi vista quedó a la altura de su pantalón cuando él apoyo su trasero sobre el escritorio, era difícil poder mirarlo a los ojos porque al bajar la vista chocaba con su pantalón, el cual a todo esto se notaba que guardaba algo interesante debajo de él, aunque lo que guardaba no me preocupaba mayormente, me incomodaba que estuviera a la altura de mis ojos.

Me pidió mi mano y la envolvió con sus grandes manos, me dice que me calmé que esté tranquila, que las entrevistas son así, no me molestaba la entrevista le iba a decir, sino que me molestaba la vista que estaba a la altura de mis ojos, su pantalón. Estaba muy nerviosa y trate de entablar algún dialogo o conversación mientras el seguía con una de mis manos en sus manos, no quiero aseverar si fue intencional o no, pero de pronto hizo que mi mano se apoye a la altura de su miembro, me asusté y la quería sacar pero tampoco lo quería hacer, opte por la última decisión, la dejé porque me agradaba como sentía su pene, se sentía grueso y grande, aunque algunos no me crean en las semanas que llevaba en Miami no había tenido sexo con mi marido hasta ese momento. El hombre siguió conversando como si nada, en cambio yo me dediqué a sentir su pene bajo de mi mano, yo ya ni sabía que le respondía porque en mi mente se dibujaba lo que tenía bajo mi mano. Él actuaba en forma normal, natural como si nada pasara, para mí no era lo mismo, estaba algo nerviosa pero también me gustaba lo que sentía bajo mi mano.

De pronto se puso de pie, me dio rabia que lo hiciera, pero a la vez también me gustó porque cuando lo hizo, mi mano recorrió afortunadamente gran parte de ese paquete que guardaba bajo ese pantalón, lo que me hizo pensar de que tamaño es realmente. Se dio unas vueltas alrededor de su oficina hasta que se me acerca, se pone detrás de mi, en eso siento sus manos en mis hombros, me dice “estas tensa, déjame hacerte algo de masaje”, como no iba a estar tensa, no sabia que pasaba ni a donde íbamos a llegar, bueno, lo sospechaba pero como nunca me sentía insegura y nerviosa. Sus manos se empiezan a mover hábilmente entre mi nuca, mi cuello y mi espalda, su masaje era placentero y relajador, me gustaba su habilidad. Ese día recuerdo perfectamente que vestía una blusa, una mini a medio muslo y zapatos de tacón, debajo un brasiere de encaje de media copa y una tanga pequeña como a mi me gusta, también de encaje, muy bonita y coqueta.

El hombre seguía con su masaje, me estaba causando una oleada de relajación y excitación que no puedo describir hasta ahora, era rico sentir sus movimientos en mi nuca, mi cuello y mis hombros, cundo de imprevisto siento que su manos se van hacia mis pechos, lo iba a detener pero su forma como me masajea me seduce, hasta ese momento no se me había pasado en la mente que todo podía terminar como termino, pero sus hábiles manos me originaban un placer sin igual, por lo que dejo que tome mis pechos en su manos, me los aprieta con fuerza pero suave sobre mi ropa una y otra vez, luego su manos sueltan mis pechos y empieza abrir mi blusa, desabrocha tres botones, me la abre y deja mi sostén y mis pechos a la vista, mete sus manos por dentro del sostén y saca mis pechos y vuelve nuevamente a masajearme, era riquisimo, ahora agarra mis pechos con fuerza, los apretó entre sus manos, me salio un ay como respuesta a su apretón, en eso toma mis pezones y tira de ellos hasta causarme un pequeño escozor de dolor, el cual más que molestarme me agradó, el hombre me tenía semi desnuda a su disposición y yo no hacía nada para detenerlo creo que nunca se me pasó por la mente detenerlo. Se detiene, se da vuelta y se pone delante de mi, me mira a los ojos, acerca su boca a la mía y nos besamos unos segundos, mi reacción fue instintiva no quiero decir que lo quería besar o sí, bueno no sé, pero su forma de besar era maravillosa, el hombre sabía hacer sentir un gran beso en la boca, mientras nos besábamos me saca la blusa de entre la mini, después de besarnos, termina de desabrochar la blusa y me la saca, me quita el brasiere, yo roja de vergüenza y excitación estaba con todo mi torso desnudo a su vista, el hombre toma mis pechos los apretó con más fuerza que las otras veces, gemí de placer, se dio cuenta que el dolor bien dado me agradaba, en eso tira de mi pezón con fuerza pero apretándolo siento el doble de dolor, de su boca no salia ninguna palabra, me hubiera gustado que me dijera cosas fuertes en ese instante pero él me hacía derretirme de placer con su forma de actuar.

Cuando sentí su boca en mis pechos besándolos, pasando su lengua, mordiéndolos, apretando mi pezón con sus dientes de una manera que nunca me lo había hecho mi marido, casi pierdo el equilibrio. Mientras su boca se divertía con mis pechos una de sus manos manoseaba mi culo, de una manera como si me quisiera arrancármelo, apretaba cada nalga con una fuerza que me hacia levantarme de punta. De pronto para, me da vuelta se arrodilla y me empieza a desabrochar y bajar el cierre de la mini y esta cae al suelo de un tirón. No se si será cierto lo que dijo pero su expresión fue, “tienes un culo de puta”, agrega “tienes un lindo culo, me gusta como el panty se pierde en tu raja y como sale arriba solo la tira que lo cruza, parece que te comes la verga igual como tu culo se come el hilo de tu tanga, putita”, me empieza a amasar las nalgas, mierda, el hombre sabe lo que hace, me da unas buenas nalgadas que mas que dolerme me agradan, es rico como se siente esos golpes secos, fuertes y llenos que chocan con mi cachetes, en eso se pone de pie y me dice al oído “siempre he sabido que las que usan este tipo de tanga son unas prostitutas”, cuando me da vuelta y ve la forma de mi calzón por delante, comenta “no tengo duda de que seas una prostituta, que tanga tan linda usas puta de mierda, me gusta como es, es mi fetiche y me encanta los interiores de las putas como tú, me empieza a tocar por el contorno de mi tanga hasta llegar a mi entrepierna y me manosea, suave tan delicadamente que me hizo temblar, era tan exquisito lo que me hacía que me obligó a abrirme de piernas, luego se pone de pie y me dice otra vez acercándose al oído “eres prostituta verdad, que tanga tan bonita usas perra y que rico como estas de mojada”, yo echaba aguas pero le respondí que nunca he hecho eso, él se rió y en voz baja me dice “no te creo, prostituta barata, todas las putas como tú siempre dicen lo mismo y apuesto que te ofreces al primero que te habla”, si bien su comentario me dolió, algo, capaz que era cierto lo que él decía y yo no me había dado cuenta, la calentura creo que en parte me delataba también, él me estaba ofendiendo pero a la vez me hacía tener una excitación como pocas veces la he tenido.

En eso me ordena arrodillarme, se me acerca y quedé con mi cara a la altura de su pene, hago lo que corresponde hacer en esa posición, le bajo el pantalón después de desabrocharlo y bajarle el cierre, ahora se ve más perfectamente a través de su interior su gran pene, se ve grande, cuando le bajo su interior, no cabe duda de que es grande, pero muy grande, no quiero ser mentirosa pero ese miembro debía medir más de 20 cm fácilmente cuando esta en toda su erección, de hecho cuando lo agarré con mis dos manos, no sólo la cabeza quedaba afuera. Tome su masculinidad semi erecta con mis manos, me excito lo grueso de su tronco y lo grande de su cabeza, tire de la tela para atrás, me asusta pero me gusta, se nota que es poderoso y potente, ojalá mi marido tuviera ese pedazo de carne, eso no lo pensé en ese instante, lo digo ahora porque se lo chuparía todo el día. Me acerco a su cabeza, le doy un beso, otro y otro, luego saco mi lengua y se la empiezo a pasar por esa cabeza que cada vez me gusta más, mientras mis manos lo manosean a lo largo de todo su extensión hasta sus grandes huevos, que estaban llenos de leche, él hombre mientras yo empezaba hacer mi trabajo, se desnuda completamente y me empieza tratar con palabras fuertes y obscenas, “mmm putita, que rico como vas…”, sigo pasando mi lengua por esa cabeza, ahora abro mi boca todo lo que puedo y me meto toda esa cabeza, cierro mi boca, lo siento grande, muevo la lengua como puedo dentro de mi boca para tocar la cabeza de ese pene gigante, siento un temblor del hombre, saco ese asesino a través de un chupón, lo pillé desprevenido, su única reacción fue quitarme su matador y decirme “perra como comes” y eso que apenas me había metido la cabeza en mi boca, después de eso todo fue un espectáculo, verlo a él como se movía por consecuencia de mi trabajo, se lo chupé, me metí todo lo que pude en mi boca varias veces, le comí los huevos con mi boca y lengua, el hombre estaba casi loco y desesperado, hasta que acabó en mi boca, no les puedo mentir ni exagerar las cosas, pero el hombre tenía cualquier cantidad de semen guardado, hice algo que nunca había hecho en mi vida, me tomé toda su leche, era espesa, dulce, pero no desagradable. Después de eso, me dedique a limpiar su verga mientras sentía que me tenía con la tanga mojada por la gran cantidad de líquido que me salía de mi chucha hambrienta, la que estaba tan excitada que sólo quería una buena visita al interior.

Cuando terminé de limpiar su belleza, no sé si es común en un hombre de su edad, pero ya estaba listo nuevamente, con su fierro tieso y duro, hasta lo vi más grande. Debo ser sincera, si bien sabía que el único destino de ese pene ahora era mi chepa, me asusté, el hombre se dio cuenta de eso y me dijo “no te creo que te asustes, quien sabe cuantas vergas te has comido, porque nadie me saca que eres una prostituta, mujerzuela” había estado con varios hombres a mas de mi esposo y este hombre lo sabia.

El hombre me pone de pie, me saca la tanga y me dice:”que rico calzón usas, hija de puta”, se sienta en la silla, con su tronco en la mano y me dice “ven putita siéntate solita quiero ver lo perra que eres”, estaba asustada porque era muy grande pero también me excitaba la idea de sentirlo dentro de mi vaginita, me toma de la mano y me acerca, abro mis piernas, mierda siento la cabeza de su verga sobre mi chepa, es grande, separo mis labios y me empiezo a sentar mientras grito, el hombre me dice que lo haga no más, que nadie me va a escuchar, siento que me estoy clavando una estaca enorme, él ríe y me dice: “eso putita, vez que te lo puedes comer todo solita”, cuando siento toda su cabeza dentro de mi y siento como me va abriendo, me da la impresión que mi chucha quiere devorarlo y comer cada vez más ese pedazo y yo también, llego a la base de su tronco, le digo me lo comí todo, él ríe en tono irónico y me dice “pero si eres una prostituta como no te lo vas a comer todo, ramera”. Me ordena subir y bajar, lo hago despacio, me empiezo a acostumbrar es rico, me gusta como me siento y como lo siento, me llena, me cuesta moverme pero es rico, el hombre no deja de insultarme, me manosea y maltrata mis pechos, también utiliza su boca, los besa los muerde etc., entre tantas cosas juntas no pude mas y acabé mi primer orgasmo gritando, desesperada, hasta lloré, no se cuanto tiempo mas estuve sobre ese garrote hasta que él me ordena parar, me saca de su verga, se para, me ordena sentarme en su escritorio, me levanta las piernas, mira mi chucha y me dice, “mmmmmmmmm, tienes una linda chucha, puta, me encantan las perras que tienen los labios como los tuyos, se ve que te dan duro, confiésame eres una prostituta verdad dime cuanto cobras, tienes una chucha deliciosa y apretadita” en eso me mira a lo ojos y me dice “puta” y me clava su verga, ahora su mete y saca en mi chucha es terrible, sumado el trato que le daba a mi pechos y como tocaba mi clítoris, esta vez llegué más rápido al orgasmo que antes, el hombre todo el tiempo que me culeo en el escritorio no dejaba de insultarme y por primera vez, cuando me dice perra infiel, me sentí ofendida, fue como un balde se agua fría, pero lo que me estaba haciendo sentir no me permitió moralidad alguna y le dije que si, que era una perra infiel, una puta, una ramera una prostituta y que me culeara hasta dejarme muerta, el hombre ríe y me dice “sabía que eras una prostituta, perra concha de tu madre” solo le escuché decir hasta ahí, porque me centré en mi segundo orgasmo, que al igual que el anterior lo acabé gritando y desesperada como nunca.

Él cansado de la posición que me tenía, se detiene, me ordena ponerme en el suelo boca arriba, me ordena tomarme de las piernas y dejó toda mi chucha, que la sentía abierta como nunca, a su disposición, él se acerca con el asesino en su mano y veo como me lo va metiendo cada vez más adentro de mi hasta que veo que su pelvis choca con la mía, no podía creerlo le comí lo más de 20 cm, de carne que tiene, mierda! recuerdo perfectamente que le dije, me cabe todo, él solo rió y me dijo y cabe más, te lo aseguro, el hombre se mueve rico, siento todo bien dentro, mi descontrol ya era total, solo lloraba y gemía, al hombre le gustaba que llorara, decía puta, perra caliente, apuesto que tu esposo no sabe lo caliente que eres perra estúpida, primera vez que me gustaba que me insultara en relación a mi estado civil y que lo hiciera una y otra vez, lo encontraba morbosamente excitante, después que me puso en varias poses me ordeno ponerme en cuatro o como decía él en mi posición natural como perra, vino y monto sobre mi como todo animal, ahora siento que me mata, su total control de mi, me deja para la mierda, aunque ustedes no me crean, cuando me estaba dando duro en mi chucha acompañado con palmadas que llegaban de lleno a mis nalgas y después de haberme venido en mi tercer orgasmo, entró la secretaria, algo se dicen en Ingles y ríen, no entendí que le dijo ella a él, sólo entendí lo que le dijo él a ella, “me salió fácil la puta”, luego ella saca algo de su escritorio, se dieron un beso en la boca y ella salió, haciendo otro comentario, no entendí bien pero le dijo algo como me gusta cuando nos haces sufrir, el hombre en todo el momento que ella estuvo no dejo de culearme, pero cuando ella salió me empezó a penetrar con más frenesí, yo estaba molida pero por primera vez no quería que parara, su verga larga, gruesa, dura, caliente y con una cabeza que era de tamaño al doble a la cabeza de la huevada de mi esposo, cada vez que salía y entraba de mi chucha, me hacia estragos en mi cuerpo, pareciera que se deleitaba haciéndome saber lo que significa ser una puta infiel ya que me tenía al borde de mis límites de fuerza, en el momento en que estaba por tener otro orgasmo siento como su pene adquiere más volumen y percibo que su leche va recorriendo ese conducto largo grueso y caliente hasta explotar en la cabeza, saliendo con una fuerza inusual para mi, el hombre se pegó bien dentro de mi antes de acabar dejándome toda su leche en mi interior, sentir el choque de su orgasmo con el mío, me desesperó tanto que me puse a llorar, el hombre recuerdo que me decía: tranquila putita, si ya todo termino, después que acabó toda su leche en las profundidades de mi chucha, me dejo su verga adentro un largo rato, era rico sentirla así, quieta, semi dura, sentir que se desinflaba, en eso me pregunta otra vez si era una prostituta, no quise sacarlo de su error y le dije que sí que era una prostituta, al final el hombre me dice que le he dado unos de los mejores orgasmos de su vida, no se si sea cierto, lo único seguro para mi fue que él si, me lo dio a mi, cuando lo saca de mi chucha me lo lleva a la boca, primera vez que chupaba un pene en esas condiciones, con sus jugos y los míos, no sé si lo hice por agradecimiento o porque me lo ordenaba, pero se lo chupe hasta dejárselo limpio.

Después de eso tomo su ropa y se fue al baño que tiene en su oficina, yo quede un rato estirada ahí en el suelo desnuda hasta que él apareció vestido otra vez, al verme en el suelo se rió y me ordeno ir al baño a limpiarme y vestirme, ahí, mientras me limpiaba, tocaba mi vagina y me dolía por primera vez.

Cuando salí vestida y arreglada de su baño, el ya no estaba en la oficina, espere un rato, en eso entró su secretaria la misma que había entrado cuando me culeaba, se ríe y me pregunto “¿si ya estaba bien?”, le respondí que sí. Me dice que el hombre se había ido y me entregó un sobre azul, le pregunté si tenía alguna posibilidad de obtener el trabajo, ella se ríe y me dice ya hiciste el trabajo, me quede sin entender y me sentí una estúpida. Tomé mis cosas y salí, una ves afuera revise el contenido del sobre azul, en el interior del sobre había 600 dolares. Salí de ahí confundida, estaba resignada porque tomé la experiencia como una entrevista más, feliz porque me culearon como nunca lo habían hecho en mi vida y por lo extraño de como se dio, no sé, si decir que me sentí humillada porque los orgasmos que me sacaron y de que manera me los sacaron, sentirse humillada así es delicioso. Confundida porque el hombre me pagó o sea me hizo una prostituta y yo acepté el dinero como si lo fuera, aunque en este punto es donde estaba más confundida porque la verdad no se si realmente era una prostituta como él decía, si supiera que todos hombres que pagan culean así y la tienen de ese tamaño sus troncos creo que no hubiera dudado en serlo. Preocupada, porque me iba sin mi tanga para la casa, primera vez que perdía mis interiores y lo más loco es que no fue con mi marido, no se que pasó con la tanga, la perdí, creo que él se la llevó.

Al salir de ahí ya eran cerca de las 21H00, estaba tarde para mi trabajo, fui directo allá, llegue, me cambie y nuevamente puse la cara de coqueta estúpida, me sentía bien, me sentía puta y muy bien. Tenia 600 dolares por tres horas de trabajo, había disfrutado el trabajito y mientras mas lo pensaba mas me gustaba, me convencí yo misma sin mucho pensarlo, de ahí en adelante seria una puta de pago, ya vería la forma de hacerlo sin que se entere mi marido, o la forma de contarle luego de estar bien establecida, conocería a los clientes en el bar y luego me citaría para mi tiempo libre, lo había resuelto todo....

Llegue al motel y me acosté enseguida, pero, no dejaba de pensar en ese hombre, en eso mi marido que tenia un sexto sentido para la infidelidad me dice que le gustaría hacer el amor, le dije que no quería culear, que estaba cansada aunque eso generalmente no me importaba mucho porque igual lo hubiera hecho, como les dije antes no me gusta mentir, esa noche igual tenía deseo de hacerlo, solo que mi mente pensaba en la verga de ese hombre y eso me hacia mojarme, fue tanta la calentura que después de asegurarme que mi marido se había dormido bien, busque mi entrepierna y me masturbé hasta acabar, pobre esposo mío, dormía mientras su amada esposa o la puta esposa que tenía ahora, acababa en un orgasmo pensando y dedicándoselo a otro hombre que no era él. A un hombre que apenas le supe el nombre.

Pensé en ese hombre durante varios días, recordaba especialmente en como se movía con su tremendo palo dentro de mí y eso era suficiente para hacerme mojar; como me quedaba sola en la casa, después que se iba mi esposo al trabajo, me iba a mi cama, me recostaba, me desnudaba y terminaba masturbándome hasta terminar varias veces. Si no hubiera sido porque empecé a atender a mis nuevos clientes seguro que hubiera seguido masturbándome pensando en él. 

Felizmente hoy en día aun trabajo como puta cuando viajamos allá por vacaciones, fue necesario perder mi tanga para conseguirlo pero no me arrepiento, soy feliz, mi marido es feliz y nuestro matrimonio es mejor que cualquiera, sin hipocresía, pero eso es otra historia...

MORLAQUITA 92